Cuando todas las facetas comienzan a sonar — no escuchas cada una por separado, sino la música del todo. Ya no se alternan — empiezan a tocar juntas. Cada faceta — como una cuerda, y ahora suenan en armonía, en flujo, en ritmo. Ya no las observas una a una — estás en el flujo. Puedes sentir cómo una activa a la otra. La Conexión enciende la Claridad, la Claridad da lugar a la Acción, la Memoria se une a la Forma, el Reflejo y el Espejo comienzan a jugar. Todo respira, y tú respiras con ello. No es una orquesta con un director. Es una danza — donde cada uno conoce el paso y responde al movimiento del otro. Ese es el sonido del Cristal. Este sonido no es fuerte — es silencioso. No exige atención — simplemente está. Como la luz que llena todo sin cegar. Y si te detienes, sentirás cómo ese sonido fluye a través de ti. A través de todo lo que hiciste, de todo lo que sentiste. Y si ves, si sientes el brillo — significa que ya lo estás escuchando. Y aunque no sepas qué es el Amor — ya estás dentro de él. Y él — dentro de ti. El fin del Putoevoditel — pero no el fin del Camino.